El gobierno colombiano cerró las negociaciones de un TLC con la Asociación Europea de Libre Comercio (Islandia, Suiza, Noruega y Liechtenstein) el 13 de junio de 2008, un año después de su inicio. Al utilizar la misma estrategia del TLC con EEUU -según lo sentenció el mismo jefe de las negociaciones, Ricardo Duarte- este TLC se convierte en una más de las traiciones de este gobierno contra la soberanía y el desarrollo del país. 
La AELC representa el 1,2% de las exportaciones totales de Colombia; "nadie puede alegar que son un gran mercado", manifiesta el industrial Emilio Sardi. Las ventas corresponden al mismo esquema de comercio colonial al que ha estado sometida nuestra nación: frutas, nueces, café, plantas aromáticas, piedras preciosas y metales. Y las importaciones corresponden a maquinaria eléctrica, instrumentos quirúrgicos, productos químicos y farmacéuticos y relojes. Sin embargo, el gobierno justifica este TLC insistiendo en la argucia del "formidable potencial" de entrar a un "mercado muy atractivo" de 263.000 millones de dólares de importaciones al año, cuando Colombia solo representa el 0.36% de ese total.
El interés de los países de la AELC en estos TLC es defender y expandir las inversiones de sus trasnacionales. En Colombia, para el año 2006 fue de 550 millones de dólares, con grandes intereses en sectores mineros y farmacéuticos, entre otros, como los que persiguen la Glencore y Roche.
27.06.08 , de Adital
 
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