El cierre de las audiencias a las víctimas en la mesa de negociaciones de las FARC tuvo un final privado pero de especial relevancia: un acto en el que la guerrilla pidió perdón a las víctimas de la masacre de Bojayá, en el que murieron 79 civiles (48 menores de edad) el 2 de mayo de 2002. Se trata de un hecho histórico en el que las FARC reconocen su responsabilidad ante las víctimas del conflicto.
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