martes, 20 de enero de 2009

Una medalla muy merecida

George Bush en su sombría despedida ha realizado dos gestos de reconocida lealtad para con los escuderos más fieles de su política, aquellos a quien él considera los herederos legítimos de su legado político, los únicos que podrían dar continuidad a su ideario, a sus credos y a su visión del mundo y del universo.

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