viernes, 19 de septiembre de 2008

La Guerra de las drogas desde el lado de la oferta

Por Cecilia Zárate-Laun

El pasado 25 de Octubre una patrulla paramilitar aterrizó en la pequeña ciudad de El Aro en la provincia del norte de Colombia, Antioquía, con la intención de acabar con las guerrillas. Durante cinco días la ciudad fue un campo de concentración. Para empezar mataron a Andrés Mendoza, a Wilmar Restrepo a Rosa María Barrera y a Dora Angela Areiza delante de todo el mundo.
Antes de irse de El Aro, los paramilitares asesinaron a Marco Aurelio Areiza, de sesenta y cuatro años, dueño de la tienda del pueblo. Antes de matarle, le ataron a un árbol de la plaza, le torturaron, le sacaron los ojos y el corazón y frotaron todo su cuerpo con sal. Su mujer y sus hijos fueron forzados a ver su cadáver. Al irse quemaron la ciudad. Como resultado de la presencia paramilitar en El Aro 51 de las 68 casas del pueblo fueron destruidas 10 pequeñas granjas saqueadas y quemadas. Otros cinco campesinos fueron asesinados y los paramilitares se llevaron 1.300 cabezas de ganado y 130 mulas y caballos.
Cuando se marcharon los 250 supervivientes enterraron los cadáveres de sus amigos y parientes y huyeron a los pueblos vecinos sumándose así a otros mil quinientos campesinos refugiados de la región y al millón y medio de refugiados del país.

La Fachada llamada Democracia

Colombia, durante muchos años, ha sido el modelo de democracia que al Departamento de Exteriores del Gobierno de Estados Unidos le encanta mostrar como la más antigua y duradera de las democracias de Latinoamérica. En efecto, Colombia cumple los requisitos formales de una democracia: cada cuatro años se celebran elecciones, los tres Departamentos del Gobierno ejercen sus funciones en preciosos edificios aunque en realidad sus poderes no están separados. Un buen número de presidentes civiles han firmado todo tipo de tratados internacionales sobre los derechos humanos, los derechos de las mujeres, los derechos del medioambientales, los derechos de los niños. Colombia forma parte de las Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos, de la Organización Internacional del Trabajo, donde no les plantea ningún problema moral el que en Colombia se maten más dirigentes sindicales que en cualquier otro país del mundo.
En Colombia ha habido siempre dos partidos políticos, Liberales y Conservadores, cuyas luchas por el poder han dado origen a muchas guerras. La última, La Violencia, de 1948 a 1953, causó más de 300.000 muertos. Las muertes violentas, a menor escala, continuaron en las décadas de los sesenta y de los setenta. Los dos grupos podrían ser considerados como un único partido con dos cabezas debido a que no existen diferencias ideológicas entre ellos y su posición en temas sociales y económicos son las mismas.
Colombia no es pobre, tiene importantes recursos, petróleo, carbón, oro, esmeraldas, platino y uranio. Exporta café, flores, azúcar y plátanos. El Wall Street Journal, el año pasado mencionaba que Colombia había logrado un crecimiento económico continuado el mayor con mucho de Latinoamérica. Sin embargo hay mucho hambre en Colombia. El drama de Colombia es la profunda desigualdad social- un tres por ciento de la población posee el 70 por ciento de la tierra cultivable- y la falta de voluntad política para abordar reformas sociales, políticas y económicas.

La gente se rebela

Las profundas desigualdades y la violencia a finales de los años treinta dieron como resultado la guerrilla, hoy hay dos grandes grupos guerrilleros, FARC, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y ELN el Ejército de Liberación Nacional.
En 1985 los dos partidos políticos hubieron de reaccionar frente al reto que supuso el que el gobierno en uno de sus periódicos procesos de pacificación ofreciera a las guerrillas una amnistía a cambio de que dejaran las armas, se organizaran como un partido político y participaran en las elecciones. De este modo surgió de las antiguas guerrillas la Unión Patriótica (U.P.) que concitó el interés de un gran número de colombianos convencidos de que ni los Liberales ni los Conservadores representaban sus intereses. Se celebraron las elecciones y la Unión Patriótica obtuvo un éxito importante, se eligieron regidores, alcaldes, diputados y senadores, por fin parecía que la democracia era real hasta que casi todos los cargos electos de la Unión Patriótica y los dos únicos candidatos a la presidencia fueron asesinados, unos cuatro mil según los últimos datos. Se ha perdido la cuenta de las víctimas miembros y simpatizantes de la Unión Patriótica.
Colombia tiene una posición geográfica privilegiada, es el único país en Sudamérica con costas en ambos océanos, el Atlántico y el Pacífico. Esta peculiar localización hizo de Colombia a principios de los setenta el paso obligado del comercio de cocaína proveniente de Perú y de Bolivia. Los primeros en utilizar este puerto fueron los cubanos de Miami que querían aprovecharse del tráfico de drogas después de que los soldados americanos volvieran enganchados de Vietnam. Hicieron los primeros contactos con el mundo de la delincuencia y con los comerciantes de esmeraldas.Pronto los colombianos superaron a sus colegas cubanos y pasaron a ser los intermediarios más importantes en el tráfico de drogas.
Bolivia y Perú producían las hojas y la pasta de coca y ésta se enviaba a Colombia donde se procesaba y se transformaba en cocaína para su distribución al insaciable mercado norteamericano. Como en algunas de las películas de Fellini aparecen dos fuerzas ilegales contrapuestas: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y los traficantes de drogas pero cohabitando ambos en la selva amazónica. El tráfico de drogas con todo su dinero y su gran capacidad de corrupción se convirtió en otro factor importante en la podrida guerra colombiana.

Los protagonistas:

a) Los campesinos desplazados:
Los campesinos que han abandonado sus casas huyendo del terror durante estos 50 años de guerra sólo tienen dos opciones: ir a las grandes ciudades para convertirse en mendigos o en prostitutas o ir a la selva para colonizar la tierra. Si optan por esta última, tienen que labrar la tierra y sembrar cosas como maíz o plátanos. Como es una zona virgen no hay rutas abiertas para el transporte, sólo a través de los grandes ríos cruzando miles de kilómetros la cosecha podrá llegar a Bogotá o a otros mercados. Para cuando quiera llegar la cosecha o está podrida o ha costado tanto dinero que no se obtendrá ningún beneficio. La única alternativa para los campesinos que quieran subsistir : cultivar hojas de coca. No tendrán problemas con el transporte, los señores de la droga recogerán la cosecha en sus granjas. La coca produce muchos más beneficios que el maíz en el "libre mercado". Que los campesinos colombianos cultiven coca es el resultado de problemas económicos ,políticos y sociales que no pueden ni van a ser resueltos con soluciones militares.
b) Las guerrillas:
Las FARC y el ELN tienen un programa político que incluye la reforma agraria, democracia y protección de los recursos naturales frente a las compañías multinacionales. Pero ni los Conservadores ni los Liberales han admitido nunca una oposición ciudadana o de un partido progresista.
La política en Colombia es muy exclusiva. Las guerrillas han utilizado los secuestros de gente con dinero para financiar sus actividades, han puesto minas en áreas en las que están activas y el ELN especialmente tiene la afición de bombardear conductos petrolíferos causando así terribles daños ecológicos.
En 1980 grupos paramilitares como el MAS (muerte a los secuestradores) se formaron cuando los ganaderos furiosos unieron sus fuerzas a los traficantes de drogas en contra de los secuestradores de la guerrilla. Recientemente la guerrilla ha declarado que atacaría a aquellos civiles sospechosos de ser amigos o parientes de los paramilitares lo que significa una nueva extensión del conflicto a la población civil, una violación del derecho humanitario internacional. Hoy día la Guerrilla controla grandes extensiones del país donde en las cuales la única presencia estatal en este siglo ha sido la del ejército.
Como la guerrilla y los narcotraficantes operan en la misma zona, muchos grupos guerrilleros obtienen recursos del tráfico de drogas, bien protegiendo plantaciones de coca o su proceso de transformación y su transporte de igual manera que exigen dinero en cualquier zona que está bajo su control, es así como obtienen beneficios del tráfico de drogas, pero decir que la guerrilla es narco guerrilla, es una simplificación del complejo mundo de la política colombiana.
c) Los traficantes de drogas
El rígido sistema de clases de Colombia no ofrece muchas posibilidades a la gente para progresar socialmente. En Medellín, por ejemplo, la capital textil de Latinoamérica mucha gente se quedó sin trabajo con el cierre de fábricas que tuvo lugar en la recesión económica de los años setenta. Parados y campesinos huyendo del terror fueron un fácil campo de cultivo para el tráfico de drogas. La delincuencia y una mafia sin escrúpulos dedicada al comercio de las esmeraldas en el estado de Boyaca aprovecharon rápidamente las nuevas oportunidades del prometedor mercado de la droga. Esta nueva clase hizo en poco tiempo grandes fortunas llegando a ser más ricos que las elites tradicionales. Se consideraban a sí mismos empresarios igual que los señores del café o el azúcar y enseguida pidieron su cuota de poder. El dinero manda y aquellos que no quisieron venderse fueron eliminados, entre ellos los lideres de la Unión Patriótica que no se dejaron comprar entre. Parecía pues, que el mundo de la droga iba a poder matar dos pájaros de un tiro: Puesto que la Unión Patriótica era la izquierda y que los traficantes querían dar gusto al anticomunismo visceral de los militares y las élites en el poder, lo inmediato era perseguir y matar a la gente de la U.P. y a los campesinos sospechosos de tener simpatía por la guerrilla, tal como sucedió con los habitantes de El Aro. Los traficantes empezaron también a hacerse con la tierra, en los últimos siete años los traficantes se han hecho con entre cuatro y cinco millones de hectáreas de la mejor tierra de Colombia. Les da igual para qué se utilice, lo que quieren es la tierra en tanto que es símbolo de prestigio social. Una vez que tienen las tierras expulsan a los campesinos y meten ejércitos privados para protegerla.
d) El ejército
Hay que tener presente que el ejército de Colombia es el ejército de Simón Bolívar que cruzó los Andes tras una marcha épica y dio al imperio español su primera derrota. Formado por campesinos este ejército y su aristócrata e ilustrado líder quisieron crear una república donde la libertad y los derechos humanos prevalecieran.
Más tarde pasó a ser un ejercito privado de las clases dirigentes y un ejército subordinado a un poder extranjero. Luchar contra la guerrilla en el trópico durante los últimos cincuenta años le ha convertido en el ejército más experimentado del hemisferio pero también en el más brutal. Ultimamente, de acuerdo con la información de la BBC, este ejército se ha ofrecido , previo pago, para proteger propiedades de las multinacionales, sean los campos petroliferos de Casanare, sean las minas de oro en Segovia.
La lista de graduados colombianos en la Escuela de las Américas [Escuela de entrenamiento militar estadounidense para oficiales de sus ejércitos latinoamericanos amigos] es la más larga de toda Latinoamérica, empezaron la formación en el 47 y continúan hasta ahora. Con mucho orgullo los colombianos informan a cualquiera que no son simples estudiantes sino también profesores de la Escuela de las Américas.
e) Los paramilitares
En noviembre de 1996 la Human Rights Watch [ONG de defensa de los derechos humanos en EE.UU] publicó un informe titulado: "Las organizaciones de asesinos en Colombia: la colaboración entre militares y paramilitares y los Estados Unidos, que documenta los lazos históricos entre las estrategias de la guerra fría, la violencia política en Colombia y el apoyo y protección prestados por la CIA y el Pentágono desde la década de los 50. Los grupos paramilitares son una creación del Estado colombiano. Representan un claro intento de tapar las brutalidades del ejército continuamente denunciadas por prestigiosas organizaciones en defensa de los derechos humanos. Amnistía Internacional, la Human Rights Watch y miles de Organizaciones no Gubernamentales colombianas con enormes riesgos y a pesar de los muchos asesinatos de los que han sido víctimas siguen denunciando atrocidades como la de El Aro.
Los grupos paramilitares actúan de acuerdo con el ejército, pero llevan a cabo acciones irregulares para emborronar los límites entre lo que es civil y lo que es militar. Se trata de un mecanismo perverso pues mientras se mantiene la clandestinidad elude y burla la democracia y sus instituciones. Al crear los grupos paramilitares la responsabilidad del Estado desaparece.
El Padre Javier Giraldo en "Colombia: La democracia Genocida" expone algunas de las características de los paramilitares en Colombia. Los paramilitares reciben ayuda de organizaciones empresariales, de empresas dedicadas a la exportación de productos agrícolas, ganaderas, petrolíferas y de los traficantes de drogas. Cuentan con apoyo político de los militares y de los dirigentes de los partidos tradicionales, reciben apoyo militar de las divisiones locales del ejército. El sistema judicial les protege absolviendo a los responsables e interrumpiendo los procedimientos criminales. Si un tribunal condena a alguien, no continúa investigando la cadena de responsabilidades. Los poderes ejecutivo y legislativo procuran a los militares que dirigen y organizan esta estructura criminal todo tipo de ascensos y reconocimiento público.
Más insidioso es el modo de operar militar-paramilitar en los últimos diez años.
La estrategia ha sido declarar objetivos militares no sólo a los militantes de las FARC y del ELN, sino también a los miembros de partidos políticos disidentes. Van a por la gente que ha vivido en regiones donde las guerrillas han estado y a por los miembros de cualquier organización comunitaria, como las cooperativas, que son un modelo alternativo a la acumulación de capital propia del neo-liberalismo.
Para los campesinos del lugar las tierras han dejado de ser las tierras a las que se sentían emocionalmente vinculados para ser tierras conquistadas por grupos armados, obligatoriamente relacionan el ejército y los paramilitares como los que ejercen el poder. Ahora se está experimentando la táctica brutalmente cínica de incorporar antiguos guerrilleros a los paras, de manera que los jóvenes luchen por el mejor postor.
Esta estrategia responde a planes de desarrollo con nuevas concepciones de las relaciones sociales y familiares. Estas relaciones se basan en el uso irracional de la fuerza y y las lealtades en el marco de que lo más importante es la propiedad privada y la rentabilidad. Una nueva sociedad en el marco del libre mercado en la que solo los que tienen dinero y propiedades, ya sean cabezas de ganado, contrabando o cocaina, pueden competir. Los demás tienen que suplicar que se les incluya en el esquema paramilitar o son los marginados.La creación del paraestado ya ha llegado.
Las estructuras paramilitares mantienen múltiples alianzas con importantes sectores del tráfico de drogas coordinados con cuerpos militares como ha quedado demostrado en los casos de las masacres de Trujillo y Riofrío.Un ejemplo típico es el del Coronel Luis Felipe Becerra que coordinó la masacre de 22 trabajadores de las plantaciones de plátanos en Uraba por parte de los escuadrones de la muerte en marzo de . Cuando una juez anunció los primeros resultados de su instrucción contra dos narcotraficantes y tres oficiales del ejército recibió amenazas de muerte y tuvo que huir. Siete meses más tarde, como venganza, su padre fue asesinado. Cuando el Coronel Becerra recibió la cita del juzgado estaba en Estados Unidos recibiendo un curso para ser ascendido a Teniente Coronel. A su vuelta estuvo implicado en una segunda masacre en Riofrío en 1993. Un conocido señor de las drogas quería una tierra próxima a Riofrío, así que 13 campesinos de esas tierras fueron asesinados en una operación conjunta de militares y paramilitares.
f) La Iglesia y las ONG
Durante siglos la Iglesia católica Colombiana fue la más conservadora de toda Latinoamérica, ahora es una de las pocas instituciones que quedan para ayudar a los pobres. Muchos curas y monjas han encontrado la muerte en su trabajo a favor de los pobres y de la justicia. Muchos del millón y medio de refugiados dentro de Colombia han recurrido a la Iglesia Católica. La Conferencia de los Obispos ha alzado su voz a favor de los pobres. Los Jesuitas colombianos, su prestigioso órgano de opinión CINEP y su Programa por la Paz son los primeros en la batalla por los derechos de los pobres. Las ONG colombianas han emprendido una valiente batalla para atender y representar los intereses de los pobres. Como resultado muchos activistas han sido asesinados o han desaparecido.
g) Los Estados Unidos
El apoyo a la "guerra contra las drogas" de los Estados Unidos no sirve para reforzar la democracia ni el respeto a los derechos humanos. El ejército colombiano mantiene una duradera y próxima relación con el ejercito de Estados Unidos. Desde la Segunda Guerra mundial ambos han colaborado contra la "subversión comunista". Ahora son las drogas. El Departamento de Estado ha publicado informes sobre las violaciones de los derechos humanos que las elites colombianas no se toman en serio ya que el Gobierno de Estados Unidos continua ayudando al ejército colombiano. Human Rights Watch ha informado acerca de una reunión de un grupo de la CIA y de estrategas estadounidenses para ayudar al servicio de inteligencia del ejército colombiano, el documento final de este encuentro no menciona para nada las drogas sino que subraya "combatir el terrorismo mediante la subversión armada".
Uno debe preguntarse el objetivo real de la guerra de las drogas.¿ Es la guerra de las drogas un argumento pseudo-ético para perpetuar la violencia en beneficio de las clases dirigentes de ambos países?
Los hechos contradicen los discursos de los políticos americanos cuando se dirigen con declaraciones moralistas al publico estadounidense. El rey de las drogas, el General McCaffrey anunció en una reciente visita a Bogotá que los Estados Unidos desean ayudar a Colombia no sólo a combatir el tráfico de drogas sino también la guerrilla. Sería interesante saber si considera guerrilla a los investigadores del CINEP Mario Calderón (antiguo jesuita) y Elsa Alvarado brutalmente asesinados o a los millones de colombianos que quieren un cambio social.

La realidad

La realidad es que los Estados Unidos están cada vez más implicados en la guerra más brutal de la región. Una guerra en la que el ejército, aliado con los traficantes de droga y con los escuadrones de la muerte, combate no solo contra las guerrillas sino contra cualquier persona comprometida con el cambio político y social. Las víctimas de esta guerra han sido abogados, curas, monjas, activistas políticos, dirigentes sindicales y campesinos, profesores de universidad, periodistas, miembros de las cooperativas, mujeres defendiendo sus derechos, cualquiera que piense. Unos 4.300 colombianos son asesinados al año por razones políticas cuando la tasa anual de mortalidad es de 30.000. Esta sangría tiene lugar en un país con una población de 33 millones de habitantes. Según la Asociación Colombiana de Juristas sólo un 2% de estos asesinatos políticos está relacionado con las drogas, mientras un 28 por ciento los ejecuta la guerrilla y un 70 los lleva a cabo la alianza de paramilitares y militares.

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